BIBLIOTECA PEDAGOGICA NACIONAL N° 41 PROF. ALBERTO GAUTHIER

El Objetivo de este blog es dar a conocer los servicios que ofrece la Biblioteca Pedagógica Nacional N º 41 Prof. Alberto Gauthier, cuya sede es el ISFD y T. N º 15 Prof. Berta Marquehosse, haciendo un breve pantallazo desde sus inicios. Este es el puente que tendemos entre Ustedes, los usuarios y nosotras, Las bibliotecarias, empezamos el recorrido???

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RECORDANDO A OLGA OROZCO





Olga Orozco: Hechicera de la Memoria Autor: Profesora Elida E. Canestri de Eserequis



Olga Orozco(apellido literario, el de su madre) nació en Toay, provincia de La Pampa el 17 de marzo de 1920. De ojos clarísimos y de un color indefinible, desde niña estaba dotada de poderes parapsicológicos. Pensaba que todos teníamos un sentido más que nos hacía prever cosas. Aprendió a tirar el tarot con una señora italiana que vivía en Bahía Blanca. Pero, fue poeta antes de empezar a escribir. Hablaba “en poesía”, aún cuando no sabía leer, asombrando con sus respuestas a sus padres. Así surgieron sus misterios que con los cuentos de su abuela perduraban en sus miedos infantiles. Así siguió toda su vida, impactándole los versos de San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús y Quevedo. Más tarde, los versos de Rimbaud, Baudelaire, Rilke y Nerval.En Buenos Aires comenzó la carrera de letras, en tanto integraba el bullicioso grupo que se reunía en la casa de Norah Lange y Oliverio Girondo, cambiándole el color de la vida.Dada su voz muy grave actuó en radioteatro, convirtiéndose en Mónica Videla, actriz radial entre 1947 y 1954, desempeñando los papeles de madre, de mala o de bruja. También fue redactora de la revista “Claudia” en 1960.Siempre se interesó por el esoterismo, por los fenómenos del inconsciente y por la videncia literaria. La vida del trabajo y la otra de los misterios y de la magia se complementan en los días y en las noches de Olga Orozco. Si bien se la consideraba poeta surrealista, sostenía poseer algún parentesco interno con ese movimiento en cuanto a la valoración de lo onírico, del territorio de las emociones y los sueños, hasta una actitud similar ante la vida y esa exaltación permanente de la libertad, del amor, de la poesía misma.El espíritu de Olga Orozco es religioso, pero de un modo muy personal; la poesía es para ella una forma de conocimiento que conduce hacia Dios. Su religión está hecha de fragmentos de distintas creencias y filosofías. Cree, por ejemplo, en la reencarnación -que le viene de Oriente- pero también en la Santísima Trinidad y en Jesús, aunque no otorga ningún crédito al Cielo y al Infierno, e interesada en el reino de la noche, de lo que ella ama y denomina “lo incandescente”. De allí proviene su alegría, su amor por la música, por el canto, por el baile; su pasión por los disfraces.Si bien desde joven era bastante reservada y solitaria, tuvo siempre relámpagos, ramalazos trágicos: ella misma definió a la videncia como reflexión vertiginosa. El tiempo y la memoria juegan en ella un papel permanente; con la constante acechanza de la muerte a la que “le va echando poemas para sobornarla”.Tenía la costumbre de escribir alternativamente con una piedra de San Luis, tierra de su madre, en una mano y la otra de Sicilia, donde nació su padre. Ella sentía latir las piedras, en el proceso de la creación, como si tuviera un corazón de pájaro en la mano. Su obra desprovista de privacidad recibió el galardón mejicano “Juan Rulfo”. Toda es un homenaje al misterio. Nunca le interesaron los honores, sí el reconocimiento de sus pares y de sus seres queridos. Por la excelencia de su escritura obtuvo las mejores distinciones: Premio Municipal; Gran Premio de Honor de la SADE; Gran Premio de Honor del Fondo Nacional de las Artes. En sus poemas cuida con esmero el museo salvaje del territorio de sus sueños, un verdadero descampado donde se abrazan el viento y el silencio. La obsesión es un interrogante que se asoma en los poemas iniciales de “Desde Lejos” y continúa interrogando: “¿Cómo nombrar en este mundo con esta sola boca?” En “Las Muertes”, “Los Juegos Peligrosos”, despliega las artes mayores de un poeta que convoca las palabras como quien convoca los espíritus. En sus libros los límites entre realidad e, irrealidad quedan abolidos: “Museo Salvaje”, “Cantos a Berenice” -su gata muerta- “Mutaciones de la realidad”,”Noche a la deriva”, “En el revés del cielo” y “Con esta boca en este mundo. “La oscuridad es otro sol” es un libro de relatos, especie de memorias de la infancia que tanto la marcó. Con “También la luz es un abismo”, evoca situaciones de la mítica niñez en Toay, calificadas como poéticas porque sigue siendo un desciframiento divino y dos textos curiosos: “Alrededor de la creación poética” y “Anotaciones de una autobiografía” (1995). En su libro “Eclipses, fulgores y relámpagos de lo imposible”, incluye fotografías poco conocidas que recuerdan su vida. Sorprende y fascina con datos de su vida y sus enigmas, con los que Olga Orozco apenas abre las puertas de su intimidad para que no olvidemos que ella ha vivido como una persona más, cerca del amor y cerca del olvido.Desde el 15 de agosto de 1999 descansa en la celeste cavadura del otro mundo, fuera del círculo que traza lo vivido.Quizá con la memoria de aquel viento pampeano de remociones que orientaba su magia, sus iluminaciones místicas...“Me moldeó muchas caras esta sumisa piel,/adherida en secreto a la palpitación de lo invisible/ lo mismo que una gasa que de pronto revela figuras emboscadas en la vaga sustancia de los sueños./Caras como resúmenes de nubes para expresar la intraducible travesía.”
Publicado en el boletín informativo Nro. 9 de la Sociedad Argentina de Escritores Seccional Surbonaerense Julio de 2003.